Es extraño, mi registro en last.fm despues de siete largos meses -días más días menos-, ha llegado por fín a los 6000 tracks, lo que significa que son exactamente 857 canciones por mes, oficialmente registradas y que -como todo en este mundo- es nada más que una verdad a medias.
Si ésta página (más exactamente este plug-in, el famoso audioscrobbler) registrara toda la música que escucho todo el tiempo - bueno casi todo, pues el sleep del equipo dura por lo general una hora más en las noches, que es el tiempo que me toma dormirme-, ya en casa, ya camino a la U., ya mientras me sirvo el tentempié en las mañanas y en las tardes o mientras miro al rojo atardecer desde el último piso del bloque Q, o cuando viajo al centro metido dentro de un bus que indefectiblemente se llena , o al amanecer, cuando despierto al ritmo de Twinemen o Morphine o Billie Holiday - por ejemplo- y es una mañana neblinosa y fría y tengo que dictar clase de siete y es Lunes...
En últimas lo que quiero decir es esto: si éste bichito registrante hiciera más de lo que puede hacer (dar a conocer a alguien mis gustos musicales y revelar ciertas afinidades), y en cambio pudiera decir o poner en algún lenguaje, todo lo que siento con cada track escuchado, lo que sentí la primera vez que lo escuché de verdad y lo que hace brotar de nuevo dentro mío: recuerdos felices o dolorosos, personas queridas, situaciones vivídas o soñadas, o el porque de tanta reiteración, en artistas y temas y géneros, si pudiera decir que es lo que se esconde tras ese esbozo de personalidad que se refleja difuso tras las locas estadísticas, si pudiera, si pudiera...
No obstante me conformo con eso, con los números que en este caso mienten, pues una verdad a medias es ya una mentira, y me propongo entonces de nuevo atravezar esa membrana de indiferencia que me aleja de mis semejantes, me digo a mi mismo que la cosa puede funcionar, que puede que valga la pena conocerse, entablar un diálogo... y bueno, debo confesarlo, aunque algunas veces funcione (lo que sucede luego es otra historia), la estadística es pobre, el número es nimio, los casos exitosos pueden contarse con los dedos de la mano, pero está bien, es mejor así, y puede que suene a orgullo o pedantería pero, como me dice la GeñaLinda cuando hablamos al calor de un café y un cigarro allá en la finca del abuelo, en esas heladas noches estrelladas en el mundo del fin del mundo, o sea al Sur: "Lo que no sirve que no estorbe"...
... y entonces yo me alegro un poquito y me sonrío a solas ante este computador, y me alegra poder soltar esto aquí, me alegra que existan estas locas disquisiciones....
Si ésta página (más exactamente este plug-in, el famoso audioscrobbler) registrara toda la música que escucho todo el tiempo - bueno casi todo, pues el sleep del equipo dura por lo general una hora más en las noches, que es el tiempo que me toma dormirme-, ya en casa, ya camino a la U., ya mientras me sirvo el tentempié en las mañanas y en las tardes o mientras miro al rojo atardecer desde el último piso del bloque Q, o cuando viajo al centro metido dentro de un bus que indefectiblemente se llena , o al amanecer, cuando despierto al ritmo de Twinemen o Morphine o Billie Holiday - por ejemplo- y es una mañana neblinosa y fría y tengo que dictar clase de siete y es Lunes...
En últimas lo que quiero decir es esto: si éste bichito registrante hiciera más de lo que puede hacer (dar a conocer a alguien mis gustos musicales y revelar ciertas afinidades), y en cambio pudiera decir o poner en algún lenguaje, todo lo que siento con cada track escuchado, lo que sentí la primera vez que lo escuché de verdad y lo que hace brotar de nuevo dentro mío: recuerdos felices o dolorosos, personas queridas, situaciones vivídas o soñadas, o el porque de tanta reiteración, en artistas y temas y géneros, si pudiera decir que es lo que se esconde tras ese esbozo de personalidad que se refleja difuso tras las locas estadísticas, si pudiera, si pudiera...
No obstante me conformo con eso, con los números que en este caso mienten, pues una verdad a medias es ya una mentira, y me propongo entonces de nuevo atravezar esa membrana de indiferencia que me aleja de mis semejantes, me digo a mi mismo que la cosa puede funcionar, que puede que valga la pena conocerse, entablar un diálogo... y bueno, debo confesarlo, aunque algunas veces funcione (lo que sucede luego es otra historia), la estadística es pobre, el número es nimio, los casos exitosos pueden contarse con los dedos de la mano, pero está bien, es mejor así, y puede que suene a orgullo o pedantería pero, como me dice la GeñaLinda cuando hablamos al calor de un café y un cigarro allá en la finca del abuelo, en esas heladas noches estrelladas en el mundo del fin del mundo, o sea al Sur: "Lo que no sirve que no estorbe"...
... y entonces yo me alegro un poquito y me sonrío a solas ante este computador, y me alegra poder soltar esto aquí, me alegra que existan estas locas disquisiciones....
2 comentarios:
Me gustó mucho el cuarto párrafo. También me alegro de tener un espacio donde puedo ser todo lo errática que quiero llegar a ser.
Para eso estamos precisamente, creo yo... la vida cotidiana le deja a uno tan poquito campo para ser... todo se reduce a la macánica condición de existir... En fin, que me alegra mucho que tengas esos placeres solitarios de la compañía imaginada que aveces es tan o más poderosa que la real... y fíjate, aquí vine a hacerte la visita después d etanto tiempo... me disculpo por no haber dicho nada antes, pero si estoy entrando a escondidas desde hace vario días...
Un abrazo!
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