sábado
noche helada
aburrimiento vespertino
cumpleaños impostergables
ganas de alcohol
y otros sucedáneos
llego y lleno mi cabeza
con buen rock en vivo
alguien conversa
con las chicas
ellas quieren bailar
nosotros queremos un hoffman
el dealer viene a domicilio
luego el pequeño papel
se diluye en tu boca
lentamente
la banda sigue tocando
el calor va en aumento
y una corriente inefable
de felicidad alquimica
sube desde tus entrañas
pos de tu testa
progresivamente
la respiración
se entrecorta
la sonrisa sin sentido
aparente
toma posesión
las canciones van y vienen
las fotografías se suceden
en un tren de luces interminables
luego yo digo:
la última y nos vamos
y en efecto
emigramos hacia la noche
de charanga
quince músicos
violines flauta traversa
congas timbales y piano
voces cencerros
el hoffman que sigue estallando
desencadenando sensaciones
en medio del sopor
el baile y la conversación
que fluye
luego de la musica antillana
el estupor del cuerpo
"nada es gratis en la vida"
pero claro, todo tiene un precio
y bueno
pago por todo lo bailao!
otra noche bogotana
cosmopolita ambiente
que te lleva y te trae
que te deja exhausto
a las 3 am
sin sueño
y con las sustancias
aun rondsando
por tus venas
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