martes, 17 de marzo de 2009

Charles Bukowski - "El capitán Salió a Comer y los Marineros se tomaron el Barco"


Continuando con el tema de los gringos locos que escriben, traigo ahora un delicioso diario de este gran viejo indecente titulado "El capitán Salió a Comer y los Marineros se tomaron el Barco". Diario que escribió en sus últimos años de vida, antes de despacharse para el otro mundo a los 73:

Degustemos un pedacito del último y más mordaz Chinaski :

" No tengo ni idea de a qué se debe. Sencillamente está ahí: un cierto sentimiento por los escritores del pasado. Y mis sentimientos ni siquiera son precisos, son simplemente míos, casi completamente inventados. Pienso en Sherwood Anderson, por ejemplo, como un individuo pequeño, de hombros ligeramente caídos. Probablemente fuera estirado y alto. No importa. Yo lo veo a mi manera. (Nunca he visto una foto de él.) A Dostoievski lo veo como un individuo de barba, tirando a gordo, con ojos de color verde oscuro que arden lentamente. Primero era demasiado gordo, luego demasiado flaco, y luego demasiado gordo. Tonterías, sin duda, pero me gustan mis tonterías. Incluso veo a Dostoievski como un individuo al que le excitaban las niñas pequeñas. A Faulkner lo veo envuelto en una luz difusa, como un chiflado y un tipo de mal aliento. A Gorka lo veo como un borracho escurridizo. A Tolstói, como un hombre que agarraba berrinches por nada. Veo a Hemingway como un individuo que practicaba ballet a escondidas. Veo a Céline como un individuo que tenía problemas para dormir. Veo a e. e. cummings como un gran jugador de billar. Podría seguir y seguir. Estas visiones las tenía principalmente cuando era un escritor muerto de hambre, medio loco e incapaz de encajar en la sociedad. Comía muy poco, pero tenía mucho tiempo. Fueran quienes fueran los escritores, tenían magia para mí. Abrían las puertas de otra manera. Necesitaban un buen trago cuando se despertaban. La vida era una maldita carga demasiado pesada para ellos. Cada día era como caminar atravesando cemento mojado. Los convertí en mis héroes. Me alimentaba de ellos. La idea que tenía de ellos me apoyaba en medio de mi nada. Pensar en ellos era mucho mejor que leerlos. Como D. H. Lawrence. Qué hombrecillo más perverso. Sabía tanto que siempre estaba mosqueado. Encantador, encantador. Y Aldous Huxley… capacidad cerebral de sobra. Sabía tanto que le entraban dolores de cabeza. Me estiraba en mi lecho de hambre y pensaba en aquellos individuos. La literatura era tan… Romántica. Sí...


" Ya no tengo a nadie que me sirva de referencia. No puedo fijarme ni en mí mismo como referencia. Yo solía pasarme la vida entrando y saliendo de calabozos, solía derribar puertas, romper ventanas, beber 29 días al mes. Ahora me siento delante de este ordenador, con la radio puesta, escuchando música clásica. Ni siquiera estoy bebiendo esta noche. Me lo estoy tomando con calma. ¿Para qué? ¿Quiero llegar a los 80, a los 90? No me importa morir…, pero no este año, ¿vale?..."

" En mi mente veía a Gorka en un albergue de mala muerte, en Rusia, pidiéndole tabaco al tipo que tenía al lado. Veía a Robinson Jeffers hablando con un caballo. Veía a Faulkner contemplando el último trago de la botella. Claro, claro, era estúpido. Ser joven es ser estúpido, y ser estúpido es muy viejo. He tenido que adaptarme. Pero para todos nosotros , incluso ahora, la siguiente línea está siempre ahí, y esa línea podría ser la que finalmente rompa el cerco, la que finalmente lo diga. Podemos dormir pensando en eso durante las noches lentas, esperar lo mejor. Probablemente seamos tan buenos ahora como esos hijos de puta eran entonces. Y algunos de los jóvenes piensan en mí como yo pensaba en esos otros. Lo sé, recibo cartas. Las leo y las tiro. Éstos son los imponentes Noventa. Tenemos la siguiente línea. Y la línea que viene después.

" Hasta que no haya más. Sí. Un cigarrillo más. Y luego creo que me daré un baño y me iré a dormir."


Para muchos un cerdo vulgar y mediocre escritor, para algunos un cerdo vulgar y genial escritor.


Aprovechen que el capitán Salió a Almorzar...

Que les aproveche

Chau!

Leo

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