jueves, 12 de marzo de 2009

"Ask to Dust" - John Fante

Hoy ando recordando viejos libros que leí hace un tiempo y que de repente vuelven a tu memoria como revoltosos pajaritos en una tarde de sol... Él es Fante.

John Fante
ha sido reconocido póstumamente como uno de los grandes escritores estadounidenses del siglo pasado y considerado como precursor de Charles Bukowski. Pregúntale al Polvo es su primer trabajo, primero a su vez de una trilogía, en el que través del joven Arturo Bandini, un personaje impaciente, contradictorio y enternecedor y para algunos su “alter ego”, el autor plantea con realismo las tribulaciones y dudas de un adolescente que empieza a experimentar los contrasentidos y sinsabores de la vida. Escrita con un ritmo trepidante, es un reflejo de la sociedad americana vista desde el lado de los más desfavorecidos, en la que el protagonista ha nacido y vive en Norteamérica pero no “es” norteamericano. Es hijo de inmigrantes italianos. Se ha dicho de él que es el Hemingway Italoamericano, que es el padre del realismo sucio norteamericano, en fin.

Recuerdo que cuando lo leí me sorprendió gratamente el prólogo que hace Hank, del cual reproduzco aquí algunos fragmentos:

" YO era joven, pasaba hambre, bebía, quería ser escritor. Casi todos los libros que leía pertenecían a la Biblioteca Municipal del centro de Los Angeles, pero nada de cuanto me caía en las manos tenía que ver conmigo, con las calles, ni con las personas que me rodeaban. Me daba la sensación de que todos se dedicaban a hacer juegos de prestidigitación con las palabras, que aquellos que no tenían prácticamente nada que decir pasaban por escritores de primera línea. Sus libros eran una mezcla de sutileza, artesanía y formalismo, y era esto lo que se leía, se enseñaba en las escuelas, se digería y se transmitía. Era un invento cómodo, una Logocultura ingeniosa y prudente. Había que volver a los autores anteriores a la Revolución Rusa para encontrar algo de aventura, un poco de pasión. Había excepciones, pero eran tan escasas que se agotaban rápidamente y uno se quedaba sin saber qué hacer ante las filas interminables de libros insípidos. A pesar de todo lo que podía haberse aprendido en los siglos precedentes, los autores modernos no eran lo que se dice muy hábiles.

Cogía de las estanterías un libro tras otro. ¿Por qué nadie decía nada? ¿Por qué no alzaba nadie la voz por encima de la de los demás?

Probé en las distintas secciones de la biblioteca. La sala de Religión me pareció un páramo tan vasto como inútil. Fui a la de Filosofía. Di con un par de alemanes resentidos que me estimularon una temporada, hasta que los olvidé. Probé con las matemáticas, pero las matemáticas superiores no se diferenciaban de la religión. no me afectaban en absoluto. Lo que yo buscaba no se encontraba al parecer en ninguna parte...

... Pero cierto día cogí un libro, lo abrí y se produjo un descubrimiento. Pasé unos minutos hojeándolo. Y entonces, a semejanza del hombre que ha encontrado oro en los basureros municipales, me llevé el libro a una mesa. Las líneas se encadenaban con soltura a lo largo de las páginas, allí había fluidez. Cada renglón poseía energía propia y lo mismo sucedía con los siguientes. La esencia misma de los renglones daba entidad formal a las páginas, la sensación de que allí se había esculpido algo. He allí, por fin, un hombre que no se asustaba de los sentimientos. El humor y el sufrimiento se entremezclaban con sencillez soberbia. Comenzar a leer aquel libro fue para mí un milagro tan fenomenal como imprevisto...

...Tenía tarjeta de lector. Rellené la hoja del servicio de préstamo, me llevé el libro a casa, me tumbé en la cama, me puse a leerlo y mucho antes de acabarlo supe que había dado con un autor que había encontrado una forma distinta de escribir. El libro se titulaba Pregúntale al polvo y el autor se llamaba John Fante. Tendría una influencia vitalicia en mis propios libros. Acabé Pregúntale al polvo y busqué más libros de Fante en la biblioteca. Encontré dos. Dago red y Espera a la primavera, Bandini. La calidad era la misma, se habían escrito con el corazón y las entrañas y no hablaban de otra cosa.

...Fante fue para mí como un dios, pero yo sabía que a los dioses hay que dejarles en paz, que no hay que llamar a su puerta. Sin embargo, me ponía a hacer conjeturas sobre el punto exacto de Angel’s Flight en que al parecer había vivido y hasta pensaba que a lo mejor seguía viviendo allí. Casi todos los días pasaba por el lugar y me preguntaba: ¿será ésa la ventana por la que se deslizaba Camila? ¿Es ésa la puerta de la pensión? ¿Es ése el vestíbulo? No lo he sabido nunca..."



y Cual es la temática de Pregúntale al Polvo?

Los Ángeles en la década de los treinta. Instalado en un sórdido hotel en los barrios marginales de la gran ciudad, el joven aprendiz de escritor, Arturo Bandini lucha por la dura supervivencia diaria mientras sueña con el triunfo artístico y económico tras haber conseguido publicar un relato en una pequeña revista. Guiado por su mentor y editor, Arturo proclama a quien quiera escucharle que es un genio de las letras, mientras se enfrenta a una compleja relación amorosa con Camilla, una chica mejicana que trabaja como camarera.

Incapaz de mostrarle sus auténticos sentimientos, Arturo se ve abocado a una destructiva relación de amor-odio mientras sigue soñando con alcanzar la gloria.


Esta foto es de la adaptación cinematográfica llamada "pregúntale al viento" del año 2006, la sinopsis es esta.

Quieres saber más de John Fante, entra aquí.

La trilogía de las aventuras de Bandini la completan:

  • Sueños de Bunker Hill

Preguntémosle al Polvo

Chau!

Leo.


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