Hola...
He vuelto a la laburo luego de unas merecidas vacaciones. Me pregunto ¿qué vacaciones no son bien merecidas? En fin, las mías estuvieron apenas: justitas, intensas, alcohólicas, insondablemente profundas en mi penar e infinitamente deslumbrantes en mi resurgir de Fénix!
Los reencuentros con las viejas amistades consolidaron aún más aquellos férreos lazos, así fuese tan sólo un momento que se tuvo para compartir y conversar, bien se supo disfrutar de él.
Las festividades y los paseos me embriagaron tanto física como espiritualmente. Las nuevas amistades me demostraron muchas cosas nobles, sentimientos que supe apreciar y que ahora les reconozco, los admiro y los acepto como si fuesen parte del "parche" desde siempre. A todos muchas gracias por esos bellos momentos.
Bien, debo admitir que volver fue un aventura un tanto bizarra, vienes con la billetera un poco flaca y con el cuerpo pidiendo más atención y menos alcohol, pero el espíritu que es errabundo, vagabundo y bohemio siempre pide más.
Una vez aquí, en la ciudad donde laburo, no pude evitar sentir algo de nostalgia, aún cuando me prometí a mi mismo dejar todo aquello con la quema del año viejo el 31 de Diciembre pasado, fue inevitalbe sentir - aunque mucho menos intenso- ese dolor en el plexo solar. Volver a la U. que ahora está deshabitada por casi un mes -o algo así-, me hizo recordar lo bueno, lo malo y lo feo que viví en mi última relación. Tenía que exhorsizarme y lo hice - aún lo hago mientras escribo esto teniendo a mano los manuscritos que garabateé esta mañana en mi pequeña libreta mientras hacía cola en el banco-, recorrí cada pasillo, cada rincón y las imágenes volvían de nuevo a mi memoria, las felices y las no tan dichosas. Pero estoy de vuelta, y dispuesto a seguir en la batalla!
He vuelto a la laburo luego de unas merecidas vacaciones. Me pregunto ¿qué vacaciones no son bien merecidas? En fin, las mías estuvieron apenas: justitas, intensas, alcohólicas, insondablemente profundas en mi penar e infinitamente deslumbrantes en mi resurgir de Fénix!
Los reencuentros con las viejas amistades consolidaron aún más aquellos férreos lazos, así fuese tan sólo un momento que se tuvo para compartir y conversar, bien se supo disfrutar de él.
Las festividades y los paseos me embriagaron tanto física como espiritualmente. Las nuevas amistades me demostraron muchas cosas nobles, sentimientos que supe apreciar y que ahora les reconozco, los admiro y los acepto como si fuesen parte del "parche" desde siempre. A todos muchas gracias por esos bellos momentos.
Bien, debo admitir que volver fue un aventura un tanto bizarra, vienes con la billetera un poco flaca y con el cuerpo pidiendo más atención y menos alcohol, pero el espíritu que es errabundo, vagabundo y bohemio siempre pide más.
Una vez aquí, en la ciudad donde laburo, no pude evitar sentir algo de nostalgia, aún cuando me prometí a mi mismo dejar todo aquello con la quema del año viejo el 31 de Diciembre pasado, fue inevitalbe sentir - aunque mucho menos intenso- ese dolor en el plexo solar. Volver a la U. que ahora está deshabitada por casi un mes -o algo así-, me hizo recordar lo bueno, lo malo y lo feo que viví en mi última relación. Tenía que exhorsizarme y lo hice - aún lo hago mientras escribo esto teniendo a mano los manuscritos que garabateé esta mañana en mi pequeña libreta mientras hacía cola en el banco-, recorrí cada pasillo, cada rincón y las imágenes volvían de nuevo a mi memoria, las felices y las no tan dichosas. Pero estoy de vuelta, y dispuesto a seguir en la batalla!
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario