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Bai Ju Yi
No, no compres tijeras, son caras
y no podrás cortar con ellas mi congoja.
No afiles la lezna
gastarías tus energías tontamente
sin poder desatar
el nudo de mi intestino.
Para que teñir la seda de carmín
si este color no me dice nada
y menos podría enhebrar
mis lágrimas siquiera.
Tampoco vale la pena
calentarse en la estufa
con este fuego tan subordinado a ella
que jamás me borrará las canas.
Tijera, lezna, hilo, estufa,
ni cortar mi tristeza,
ni deshacer mi sofoco,
ni enhebrar mis lágrimas,
ni desaparecer mis canas
podéis.
Sólo, pues el vino sabe hasta ahora borrar,
temporalemente, al menos, mi amargura.
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