él vuelve, periódicamente, a la ciudad que lo vió surgir. dos o tres brevísimos días en los que todo retoma su antiguo vigor, su antigua magia desbordada. reaparecen los amigos y los lugares de siempre se transforman para parecer, para ser de nuevo únicos e irrepetibles.
vuelve bajo algún pretexto , no porque pretenda vivir en el pasado, o porque desee prolongar algo que hace rato no tiene razón de continuidad. ahora es sólo un visitante más. siempre abierto a los cambios, sabiéndose transitorio. una simple hoja llevada por la corriente de la vida. se deja sorprender ante lo inesperado: alguien que reaparece derrepente, la llamada de un amigo, la amabilidad del clima, la actitud de los viejos conocidos que siempre estarán en su corazón.
pero nada es para siempre y esta vez, si bien no será la última, la frecuencia de las visitas disminuirá ostensiblemente, termina con los fierros dentales, el pretexto médico que lo llevaba a su querida tierra cafetera cada mes larguito, los viajes de trabajo están por comenzar y debe disponerse a recorrer las zonas mas escondidas del país...
tal vez para algún cumpleaños especial, tal vez para los grados de sus amigos que ya culminan sus estudios y se enfrentarán a lo que él ha experimentado en carne propia ya, la verdadera vida laboral.
por ahora espera que su vuelo no lo retrase la inminente llegada del invierno, desea tomarse unos días para descansar y relajarse en algunos de los sitios que conoció o supo dellos en su estancia estudiantil y que por cuestiones monetarias eran en ese entonces prohibitivos, los viernes de juerga, claro que también los añora, y como la vez pasada, repetirá la dosis y se sentirá de nuevo en casa, porque aunque ya no viva allá y aunque no sea su terruño original, siempre lo considerará su hogar.
vuelve bajo algún pretexto , no porque pretenda vivir en el pasado, o porque desee prolongar algo que hace rato no tiene razón de continuidad. ahora es sólo un visitante más. siempre abierto a los cambios, sabiéndose transitorio. una simple hoja llevada por la corriente de la vida. se deja sorprender ante lo inesperado: alguien que reaparece derrepente, la llamada de un amigo, la amabilidad del clima, la actitud de los viejos conocidos que siempre estarán en su corazón.
pero nada es para siempre y esta vez, si bien no será la última, la frecuencia de las visitas disminuirá ostensiblemente, termina con los fierros dentales, el pretexto médico que lo llevaba a su querida tierra cafetera cada mes larguito, los viajes de trabajo están por comenzar y debe disponerse a recorrer las zonas mas escondidas del país...
tal vez para algún cumpleaños especial, tal vez para los grados de sus amigos que ya culminan sus estudios y se enfrentarán a lo que él ha experimentado en carne propia ya, la verdadera vida laboral.
por ahora espera que su vuelo no lo retrase la inminente llegada del invierno, desea tomarse unos días para descansar y relajarse en algunos de los sitios que conoció o supo dellos en su estancia estudiantil y que por cuestiones monetarias eran en ese entonces prohibitivos, los viernes de juerga, claro que también los añora, y como la vez pasada, repetirá la dosis y se sentirá de nuevo en casa, porque aunque ya no viva allá y aunque no sea su terruño original, siempre lo considerará su hogar.
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