Por
Kenneth Rexroth
Soy un hombre sin ambiciones
y con pocos amigos, totalmente incapaz
de ganarse la vida, que no
rejuvenece, fugitivo de alguna condena.
Solitario, mal vestido, ¿qué importa?
A medianoche me preparo una taza
de vino blanco caliente y semillas de cardamomo.
En una rasgada bata gris y vieja boina,
Me siento en el frío a escribir poemas,
A dibujar desnudos en los arrugados márgenes,
A copular con quinceañeras
Ninfómanas de mi imaginación.
Kenneth Rexroth
Soy un hombre sin ambiciones
y con pocos amigos, totalmente incapaz
de ganarse la vida, que no
rejuvenece, fugitivo de alguna condena.
Solitario, mal vestido, ¿qué importa?
A medianoche me preparo una taza
de vino blanco caliente y semillas de cardamomo.
En una rasgada bata gris y vieja boina,
Me siento en el frío a escribir poemas,
A dibujar desnudos en los arrugados márgenes,
A copular con quinceañeras
Ninfómanas de mi imaginación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario