Comienzo a pensar que tal vez haces "oídos sordos" a mis palabras, que es un divertimento más todo lo que he escrito y te he enviado, una novedad, nada más. Tal vez eres demasiado buena para ponerme un "tate quieto" y decir "no va más", un frentero "dejáte de pavadas"...
Y tengo sueños en los que la escena se hace real y yo me diluyo en un océano de lágrimas y de pesar mientras me das la espalda y te alejas decidida, y me quedo yo postrado de rodillas con los pedacitos de mi corazón desperdigados en el suelo, y tu no te vuelves, ni siquiera para un último adiós, es entonces que despierto, llorando, abrazando mi almohada solitaria...
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