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Así te devuelvo el tiro de gracia que tan amablemente disparaste desde tus vasos, amigo mío.
La poesía es esa amante fascinante que cada noche vuelve para entregarnos quiméricas novedades, para recordarnos pasadas andanzas y aventuras oníricas que no por ello menos reales.
Lo de Sabogal se cuece lentamente como aquellos ahogaos paisas que se embadurnan sobre las arepas fritas para acompañar el plato fuerte... paciencia
Así te devuelvo el tiro de gracia que tan amablemente disparaste desde tus vasos, amigo mío.
La poesía es esa amante fascinante que cada noche vuelve para entregarnos quiméricas novedades, para recordarnos pasadas andanzas y aventuras oníricas que no por ello menos reales.
Lo de Sabogal se cuece lentamente como aquellos ahogaos paisas que se embadurnan sobre las arepas fritas para acompañar el plato fuerte... paciencia
Radio
By Nicolás Nautfal
La nueva noche se arrastra
Se arropa como un coágulo
Demora en la peña mestiza
Resurge y unge los poderes
Caen los hombres en el seno de la noche
Exploran los sueños y combaten el mal
Pesa como el firmamento el ideal, es un sol
Que supera la estrella negra de oriente
Un ferviente corazón purifica el cielo
El Hijo del Hombre purifica los hombres
Y los hombres llenan de canto el cielo
Llanto, llanto de la pena que es ahorcado
Calle siniestra, luces del mas allá
En el ojo que se apodera de la visión
Mujer en blanco manto, muerte líquida
Salen de su morada los vagos lobos
El fin se acerca, no sangra ya el corazón
Y el veneno de un ensueño te mata, te mata
En una burbuja los Vivos junto a Grandes Muertos
Arte infernal circuido de falos, volcanes, mares de plata
Caen todavía los ángeles, rebelión que no cesa
(el número es fuego de avispas, reinas de fuego, brote de lánguidas violencias)
Simpathy for the Devil
By Leo Legris
La simpatía por el mal
Por los parias y los condenados
La Substitución de los valores
Trasgresión de las leyes inmutables
De las instituciones que amoldan el espíritu
La Presencia Terrible
Escrutadora y hostil
Señalando con el dedo a los suyos
Los justos y los buenos
Subyugante ante sus subyugados
El hombre dual
El verdadero hombre libre
Que no agacha su cabeza y se inca
De rodillas esperando su castigo,
El que levanta su puño al cielo tirano
Estableciendo su desobediencia y
Dejando de lado su horror al fuego eterno
Y a la perdición de su alma
Condena al supremo inquisidor
Se aleja del rebaño de sus súbditos
Se dirige a la estepa…
Extrae al ojo de la oscura concha
Y se lo lleva a conocer el mundo.
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