By Martín Pinot
Y uno podría imaginarse dos habitaciones continuas completamente diferentes, en una la gente sonríe y camina y el sol esta en el lado correcto y si, hay hojas que caen de los árboles que se ven bien y lo hacen a un ritmo perfecto y se puede casi escuchar en el aire la melodía deliciosa del agua fresca caer. Es muy curioso pues en la otra habitación que ahora parece vacía, sucedió algo de las mismas proporciones hace solo un instante. Es cierto, también hay una puerta y el ojo de la cerradura ofrece al mismo tiempo una mirada al pasado y al futuro. La incertidumbre reside pues, en el donde de la llave, mas aun la sensación casi irreprochable de que tal llave no existe, por tanto tampoco el que hubiere dos habitaciones, es solo una, lo que sucede entonces es que la luz se enciende y se apaga demasiado rápido, esperemos que por lo menos continúe así un rato mas.
Y uno podría imaginarse dos habitaciones continuas completamente diferentes, en una la gente sonríe y camina y el sol esta en el lado correcto y si, hay hojas que caen de los árboles que se ven bien y lo hacen a un ritmo perfecto y se puede casi escuchar en el aire la melodía deliciosa del agua fresca caer. Es muy curioso pues en la otra habitación que ahora parece vacía, sucedió algo de las mismas proporciones hace solo un instante. Es cierto, también hay una puerta y el ojo de la cerradura ofrece al mismo tiempo una mirada al pasado y al futuro. La incertidumbre reside pues, en el donde de la llave, mas aun la sensación casi irreprochable de que tal llave no existe, por tanto tampoco el que hubiere dos habitaciones, es solo una, lo que sucede entonces es que la luz se enciende y se apaga demasiado rápido, esperemos que por lo menos continúe así un rato mas.
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