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Hola:
Un visitante pedía en la cajita de mensajes, un poema del gran maestro, específicamente. Le contesté que lo iba a buscar, sabiendo a ciencia cierta en que tarea me metía. Lo que tengo a mano de la obra de De Greiff son los cuatro tomos de sus obras completas, más un libro de obra dispersa y uno de poesía escogida traducida a varios idiomas. Todos reposan en la biblioteca de la UN y no es que sean muy leídos. Bueno, la cosa es que sin un año tentativo, la búsqueda resulta larga, muy larga, pero seguiremos hasta dar con el mencionado poemita, mientras tanto aprovechando que tengo a mano el texto de obra dispersa, comparto con ustedes este poema, que le vendría muy bien a mi antiguo y más reciente amor, pero que va!, no creo que navegue por estas aguas:
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León de Greiff
Cosechó el viento lo sembrado en arena,
se bebió el mar -mi ensueño- sitibundo:
mi sitibundo ensueño el mar, ya saturado...
Sembré en arena ensueños, se bebió el mar las sales
acerbas del herido corazón y los iodos
cárdenos del hastiado, dilacerado espíritu!
Oh torva ánima vil, oh diminuta
-si dulce- traidorzuela, frío endriago,
menguada Iseo! ¡ingenuo corazón!
Se lleve el viento lo que viento vale!
Te dí mi corazón; nunca supiste
que en él había lo que no soñaste,
que en él tenías lo que acaso nunca
logrará tu ambición desorientada
si orientada, quizás, a una más facil
meta -si obvia y cómoda- de nula
trascendencia. Quizás con ella colmes
-como segura - el ansia tuya a flor
de tierra -y llana - y no cimera y ríspida-
Abur, Aglae! y que te de la vida
lo que modesta -apenas - le sonsacas,
le mendigas, a cambio de mis sobras
(y -además - que tu nunca me quisiste,
pero -entonces - por qué galardonaste
mi deseo y diste a mi amor, sino primicias
casi primicias? Por saberlo, Aglae,
devolvería lo que me donaras, y de yapa, el olvido
de mi rencor y mi desprecio, y del sarcasmo
que en mi suscita tu postura abyecta)
Y adiós!
junio 13 de 1952
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