Los pequeños instantes en los que se puede ser libremente uno mismo ante los otros, sin que importe ser cursi o ridículo. La justificación se resume en un no tan amable "porque si", o puede trascenderse un poco más y el arrebato en cuestión se esgrime entonces para impresionar favorablemente a la persona amada, o a algún grupo de iniciados poco convencidos.
Al final, todo forma parte de una obra que dura toda la vida. La representación del papel y la honestidad del actor consigo mismo y con el público queda a criterio de él mismo y si no es suficientemente imparcial (léase vanidoso) pasa a manos de la no tan complaciente crítica, que para el caso de ésta divagación, son todos los demás, la o el amado o en el peor de los casos la policia y la ley.
Al final, todo forma parte de una obra que dura toda la vida. La representación del papel y la honestidad del actor consigo mismo y con el público queda a criterio de él mismo y si no es suficientemente imparcial (léase vanidoso) pasa a manos de la no tan complaciente crítica, que para el caso de ésta divagación, son todos los demás, la o el amado o en el peor de los casos la policia y la ley.
1 comentario:
sEÑOR lE gRIS: la vida es tan corta que parece una obra, verdad? y qué tan cierto es aquel "porque si"...ni uno mismo sabe porqué tiene alborotada el alma.
Un abrazo¡¡
Pd: Yo también tengo esa clase de disquisiciones¡¡
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