MULTITUDES

He posteado este par de magníficas joyas del gran maestro francés, pues describen muy bien por lo que estoy pasando desde hace un buen tiempo, mi soledad también se puebla de imágenes y sensaciones innumerables... yo también clamo desde lo profundo de mi abismo a aquella bienamada para que venga a darme del dulce nephentes de sus labios que provoque el olvido y el alivio de las pesadumbres....

By Charles Baudelaire

No a todos les es dado tomar un baño de multitud: gozar de la muchedumbre es un arte; y el único que puede darse un atracón de vitalidad a expensas del género humano es aquel a quien un hada insufló en su cuna el gusto por el disfraz y la máscara, el odio al domicilio y la pasión por el viaje.

Multitud, soledad: términos iguales y convertibles para el poeta activo y fecundo. Quien no sabe poblar su soledad no sabe tampoco estar solo en medio de una muchedumbre atareada.

El poeta goza de este incomparable privilegio de poder ser a su gusto él mismo y los demás. Como esas almas errantes que buscan un cuerpo, el entra cuando quiere, en cada persona. Solamente para él todo está vacante, y si algunos lugares parecen estarle vedados es porque a sus ojos no merecen la pena de ser visitados.

El paseante solitario y pensativo saca una embriaguez muy particular de esta universal comunión. Aquel que se desposa fácilmente con la muchedumbre conoce unos goces febriles de los que estarán eternamente privados, sin duda, el egoísta, cerrado como un cofre, y el perezoso, enclaustrado como un molusco. Adopta para sí todas las miserias que las circunstancias le presentan.

Lo que los hombres llaman amor es muy poco, muy restringido y bien débil, comparado con esta inefable orgía, con esta santa prostitución del alma que se da toda entera, a lo desconocido que pasa, a lo imprevisto que llega.

Bueno es enseñar algunas veces a los felices de este mundo, aunque no sea más que para humillar un instante su tonto orgullo, que hay felicidades superiores a las suyas, más amplias y más refinadas. Los fundadores de colonias, los pastores de pueblos, los sacerdotes misioneros exiliados al otro extremo del mundo, conocen, sin duda, algo de esta misteriosa embriaguez; y en el seno de la numerosa familia en que se ha formado su genio, se reirán algunas veces de aquellos que les compadecen por su fortuna tan agitada y por su vida tan casta.

(1861)