Hasta el último día de ésta larga larga semana me ronda ese capricho de colocar letras de canciones en este blog, pero no me importa por que éste es mi blog (je je, genial poder decir eso), y por que sé que son bien pocos mis lectores, pero esos pocos son los de verdad invaluables, ahi dejo esta vez a los Quilapayun, y es con todo cariño para una gran amiga mía:
Las mujeres de Buenos Aires
con sus trajes inmateriales
bajan pálidas y espigadas
de automóviles transparentes.
Las mujeres de Buenos Aires
se despiden de los viajeros
tienen labios como de sueños
y sonrisas crepusculares.
Las mujeres de Buenos Aires
se desvisten bajo la luna
y recuestan su fantasía
sobre el césped de la aventura.
Las mujeres del gran Buenos Aires,
o te esperan cerca del muelle,
o se alejan en colectivos
por las calles del pensamiento.
Las mujeres de Buenos Aires
tienen pájaros en los pechos,
golondrinas emigradoras
que se vuelan en desbandadas.
Las mujeres de Buenos Aires,
si las nombras no se detienen,
se te van como a la deriva
con la oleada de sus caderas.
Las mujeres de Buenos Aires
son princesas del vecindario,
que se visten con el idioma
de los tráficos del olvido.
Las mujeres del gran Buenos Aires,
si las dejas se van en fuga:
se encabritan hacia las nubes,
te abandonan a la memoria.
¡Las mujeres del gran Buenos Aires!
Para Edith, que ya formaba parte de las mujeres de Buenos Aires, aún antes de vivir allá...
con sus trajes inmateriales
bajan pálidas y espigadas
de automóviles transparentes.
Las mujeres de Buenos Aires
se despiden de los viajeros
tienen labios como de sueños
y sonrisas crepusculares.
Las mujeres de Buenos Aires
se desvisten bajo la luna
y recuestan su fantasía
sobre el césped de la aventura.
Las mujeres del gran Buenos Aires,
o te esperan cerca del muelle,
o se alejan en colectivos
por las calles del pensamiento.
Las mujeres de Buenos Aires
tienen pájaros en los pechos,
golondrinas emigradoras
que se vuelan en desbandadas.
Las mujeres de Buenos Aires,
si las nombras no se detienen,
se te van como a la deriva
con la oleada de sus caderas.
Las mujeres de Buenos Aires
son princesas del vecindario,
que se visten con el idioma
de los tráficos del olvido.
Las mujeres del gran Buenos Aires,
si las dejas se van en fuga:
se encabritan hacia las nubes,
te abandonan a la memoria.
¡Las mujeres del gran Buenos Aires!
Para Edith, que ya formaba parte de las mujeres de Buenos Aires, aún antes de vivir allá...
No hay comentarios:
Publicar un comentario